Uso responsable de medicamentos

El medicamento es un producto indispensable que mejora nuestra calidad de vida, permitiendo prevenir, diagnosticar, tratar o curar enfermedades. Sin embargo, si no se hace un uso responsable del mismo, podría tener consecuencias negativas para la salud. A continuación, se describen algunas recomendaciones para un uso adecuado de los medicamentos.
  • Su consumo ha de ser racional.
  • Todo medicamento ha de ser adquirido en la farmacia, y nunca en otros establecimientos que no tengan licencia, para evitar falsificaciones y malas condiciones de envasado.
  • Es aconsejable conservar el medicamento en su envase original y con su prospecto. De esta forma, podrá consultar en todo momento la fecha de caducidad y la dosis adecuada de medicamento que debe administrarse, a la vez que le permite identificar correctamente el producto en caso de ingesta accidental o aparición de reacciones adversas.
  • Siga siempre las recomendaciones de su médico o farmacéutico al usar un medicamento, en especial en cuanto a las dosis que debe tomar y sus intervalos y la duración del tratamiento.
  • Los medicamentos deben almacenarse de modo apropiado, dependiendo de la naturaleza del fármaco y de las recomendaciones sobre su conservación.
  • Es conveniente revisar el contenido del botiquín periódicamente, cada 6 o 12 meses, verificando la caducidad y buen estado de los elementos y medicamentos que lo componen y reponiendo los que se usen o desechen.
  • En caso de que tenga dudas de si lo ha tomado o no, es preferible que espere a la siguiente toma, evitando así que ingiera una dosis doble.
  • También es aconsejable, en tratamientos de múltiple medicación, hacerse con una plantilla de modo que en él se anote la dosis, la frecuencia, y se lleve un seguimiento sobre si efectivamente se ha ingerido el medicamento.
  • Es muy importante cumplir el tratamiento que nos hayan prescrito para un medicamento. En el caso de que, al finalizar éste, sobren algunas dosis, no deben guardarse en el botiquín doméstico. Deberá llevarlo a algún punto de reciclaje.
  • Evitar el consumo de alcohol o cualquier droga cuando se están tomando medicamentos.
  • Siempre busque por medicamentos – hay una diferencia significativa en el costo de una farmacia a otra. Revise las fuentes en línea y fuera de línea. Por ejemplo, pacientes se han dado cuenta de un importante ahorro de costos mediante el uso de la farmacias que no pertenecen a grandes cadenas que solo ofrecen los productos más caros y de marcas específicas o marcas propias de la cadena de farmacias.
  • Mientras que la nutrición adecuada y el ejercicio son los pilares del tratamiento para la mayoría de los retos de la salud, el uso de medicamentos a veces es inevitable. Asegúrese de que los necesite; saben lo que son y cómo tomarlos.

LOS MEDICAMENTOS ANTIGRIPALES NO CURAN LA GRIPE

Un error ampliamente difundido consiste en creer que los medicamentos antigripales curan la gripe. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en realidad, los fármacos así denominados tienen como fin aliviar los síntomas de la enfermedad, pero no actúan sobre su agente causal.
En efecto, la gripe es una patología ocasionada por virus, por lo que existen vacunas para prevenirla, pero no medicamentos que eliminen su causa. Esta situación es diferente a la que se presenta ante una infección bacteriana, que puede tratarse mediante un antibiótico específico al cual la bacteria sea sensible, y que debe ser recetado por el médico.
Los productos comúnmente llamados antigripales son asociaciones medicamentosas que incluyen cuatro componentes: antitusivos, descongestivos nasales, vitamina C y los denominados AINE (antiinflamatorios no esteroides por su acción analgésica y antifebril). Aunque estas asociaciones se encuentran aprobadas en nuestro país y en otras naciones, no son absolutamente inocuas sino que conllevan un riesgo intrínseco, al igual que cualquier otro medicamento, pues pueden provocar reacciones adversas.
Pese a que este error de interpretación es sin duda importante, muchos expertos señalan que es aún más grave el desconocimiento que existe acerca de la enfermedad misma. Así, suele confundirse a la gripe con otros procesos virales diferentes como resfríos, faringoamigdalitis y bronquitis. Por esta razón, es necesario considerar que la gripe puede ser definida como una enfermedad aguda causada por la infección de los virus gripales, que afecta a todo el aparato respiratorio (superior, inferior o ambos a la vez), y se acompaña de síntomas generales como fiebre, cefalea, dolores musculares, articulares y una sensación de debilidad generalizada.
Ante la presencia de esta patología, es recomendable realizar tratamiento sintomático (con antifebriles como el paracetamol o la aspirina), reposo y régimen higiénico dietético.
En algunos casos, la hidratación puede ser muy útil en la fase aguda, aunque la modalidad y duración de todas estas acciones debe ser prescripta por el médico. Si se siguen todos estos consejos, la gripe no complicada se resuelve entre 3 y 5 días, aun cuando es común que la fiebre persista hasta por una semana.
Más información: ANMAT
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